Jóvenes Obras-Casas Los Salesianos ¿Por qué no? Actualidad Historia M. Auxiliadora Familia Sales. Sírvete Enlaces

P ROTAGONISTAS: LOS JÓVENES

«Yo por vosotros estudio,
por vosotros trabajo,
por vosotros vivo,
por vosotros estoy dispuesto
incluso a dar mi vida» (Don Bosco)

30.000 jóvenes

En el ámbito de acción de los salesianos de la Inspectoría de Sevilla (Sevilla, Cádiz, Huelva y Badajoz) hay unos 30.000 niños y jóvenes que participan en diverso grado de nuestra propuesta educativa y pastoral, la cual pretende ser integral y abarcar todos los aspectos de la persona.

Educamos, junto a más de 600 seglares, a unos 16.000 alumnos en nuestras Escuelas y Centros de Formación Profesional. Una multitud incontable frecuenta los Oratorios y Centros Juveniles, así como las 7 parroquias confiadas a los salesianos. En torno a 10.000 niños y jóvenes participan habitualmente en grupos de formación humana, de fe y de actividades. Cientos de jóvenes se realizan como animadores y se comprometen en el voluntariado juvenil o en la ONG «Solidaridad Don Bosco».

Otros cientos de ellos son atendidos en las presencias salesianas para jóvenes en dificultad en el campo del malestar juvenil, en obras como Garelli, Valdocco, Kairós, Okiena, etc. Escuelas Hogar, Colegio Mayor, Escuela de Animación Sociocultural, Escuelas de Formación del Profesorado, Centro de Estudios Catequéticos, Centros de Orientación, de Acogida o de Espiritualidad ofrecen posibilidades a otros cientos de niños y jóvenes. Muchos seglares y los propios jóvenes se corresponsabilizan en gran medida de la promoción humana y cristiana de tantos destinatarios.

Arriba

Dicen que son así

INJUVE: Informe Juventud 2004

Los jóvenes andaluces y extremeños de principio de siglo se ven rebeldes, independientes y consumistas. Su centralidad es el presente. Demandan felicidad aquí y ahora y tienen una identidad basada en vivencias y no en ideas. Sus valores más importantes son la familia y el trabajo. Viven en «acomodación al nido» y la mayor parte de la población entre 15 y 29 años se mantiene en estado de soltería. Muestran escaso aprecio por las instituciones tradicionales e imaginan un modelo familiar distinto al que perciben.

Tienen escaso aprecio hacia «lo político», careciendo el 45% de opiniones políticas y escaso sentimiento nacionalista y regionalista. Encuentran una difícil construcción social de su identidad. La red social más valorada y de mayor confianza la conforma el entorno activo: amigos, familia y pareja.

«Estar parado» es una situación estable entre muchos jóvenes, al mismo tiempo con una fuerte presencia del consumismo. Los proyectos que el joven andaluz y extremeño se plantea como más importantes son aquellos relacionados con la vida laboral, la realización y la promoción en el trabajo y la mejora de su propia economía.

Mas de tres cuartas partes se declaran católicos, pero con una débil socialización religiosa y deficiente iniciación cristiana. Hay una primacía de la experiencia y de lo concreto y se valora grandemente el altruismo y el servicio. Tienen sensibilidad hacia valores como la paz, la justicia o la solidaridad y falta de homogeneidad ante los temas bioéticos. Relativismo y provisionalidad en valores. La fe es fragmentada, no globalizante, con una vivencia en clave de subjetividad. Perciben lo trascendente como algo difuso, impersonal... con presencia del sentimentalismo y lo emocional y de una religiosidad ambiental fuerte .

equipo.jpg (6940 bytes)

La población juvenil entre 15 y 29 años está constituida por casi un 26% de la totalidad de habitantes de las dos Comunidades Autónomas, concentrándose el mayor número en las zonas con más población.

Arriba

No todo es juerga

Ya los primeros salesianos italianos venidos a España hicieron notar la semejanza que descubrieron entre la psicología andaluza y el espíritu salesiano, augurándose por ello un perfecto enraizamiento de la obra. Y es que el espíritu salesiano no se puede concebir sin la alegría y la fiesta, como tampoco sin ellas se puede concebir a los jóvenes. El juego, la diversión, la fiesta y la alegría son el caldo de cultivo de la pedagogía salesiana.

Sin embargo, no todo es juerga. Los salesianos quieren responder a los retos más acuciantes de los jóvenes, sobre todo al reto de la vida. Muchos jóvenes la experimentan en sus manifestaciones más dolorosas: en el hambre que busca pan, en la opresión que busca libertad, en la soledad que busca comunión, en la profanación que busca dignidad, en la inestabilidad que busca seguridad, en el absurdo que busca sentido, en la violencia que busca la paz…

Hay jóvenes que son felices en sus estudios, en su familia, con los amigos, en el bienestar y en el tiempo libre, y acaban por no sentir la necesidad de la fe ni de otra vida.

Los hay también que desean vivir en plenitud. Este anhelo de vida adquiere hoy características propias: búsqueda de nueva calidad de vida, en la que, superadas las necesidades primarias, se ofrezcan respuestas a otras necesidades más personales, relacionales y religiosas; sensibilidad hacia la dignidad de la persona humana y sus derechos; búsqueda de nuevas motivaciones para vivir como verdadero hombre en el mundo de hoy.

Arriba